lunes, 25 de marzo de 2013

Artificial o lámpara de niebla. Dos poemarios de Jacob Lorenzo






Artificial o lámpara de niebla.
 Dos poemarios de Jacob Lorenzo



Jacob Lorenzo
La Señal
Universidad Popular José Hierro (San Sebastián de los Reyes, Madrid) 2012


Por Ángel de la Torre

La poesía de Jacob Lorenzo (Cabra, 1982) siempre ha sido una búsqueda. Ya desde sus dos primeros poemarios –Las hojas del laberinto (espiral-poesía 2004) y Linterna de luciérnagas (bajo cero 2005)– se podrían trazar las huellas de lo que será un constante movimiento a través de lugares en los que poder procurarse refugio de la intemperie a la que se ve sometido el hombre. Por eso la poesía, y por eso la escritura.

I
La Espalda de Jano (Editorial Algaida, 2008) supuso un punto de inflexión en su trayectoria como poeta, pero también en esa búsqueda en la que se sabía inmerso. La intemperie era inevitable, como también lo era mantener la marcha, dejar que escurriese la lluvia, enjugar el agua de los ojos y aglutinar, finalmente, esas realidades en el poema. Este libro, con el que J. Lorenzo obtuvo el XXVI Premio de Poesía "Ciudad de Badajoz”, se planteaba como la oscilación entre dos realidades (Oriente/Occidente) de alguien al que no se le permite dar la espalda a ninguna de ellas. Observador de la dicotomía que acaba por convertirse en una fragua de ambas. En esta “lucha de contrarios y finales abiertos al lector”, Jacob Lorenzo presenta tanto haikus cuya puesta en escena beben de una larga tradición occidental, como endecasílabos en los que florece el cerezo y se erige La Gran Muralla. Una puerta abierta a lo que vendría después.

II
En 2012 un nuevo libro de J. Lorenzo aparece en las librerías, La señal (Universidad Popular José Hierro, 2012, VIII Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande), cuyo título, a priori, nos haría pensar en un hallazgo resolutivo e iluminador para aquella tentativa de lugar que persigue al poeta desde sus inicios. Sin embargo, más que hallar respuesta, el poemario nos recibe con una pregunta. Más bien, una propuesta. El refugio no nos circundaba, estaba en nosotros, aunque, no obstante, también lo esté la intemperie. 

El libro se divide en tres partes  -Dentro, Aquí y Fuera-, y desde el primer verso ya pone las cosas en su sitio: Un hombre es un lugar, no está dentro ni fuera. Y concluye el poema: Un hombre es un lugar, una señal / del horizonte.

Basta con escrutar la tierra para que se levante polvo y nos golpeé en la cara. El hombre, el poeta, todo él, se configura como un lenguaje que descifrar, (esta manía de marcharse rápido / a sabiendas que a donde vas / es a ti mismo.) y la poesía el único túnel –ya abierto previamente, o jamás cerrado- que el poeta puede usar para moverse dentro de sí. 

La segunda parte, Aquí, que contiene, en mi opinión, los poemas más brillantes y significativos del libro, se configura como una interrupción a la marcha en la que contemplar más detenidamente lo que hasta ahora había sido su travesía. Las imágenes son ahora el elemento revelador. Oriente, tan expresivamente descrito como un aquí, una afuera en la que cobijarse, impregna la realidad: El aire mece / el columpio vació. / Yo soy el niño.

El poeta estaba disponiendo al lector para el hallazgo. La tercera parte, Fuera, culmina el camino al que el poeta nos quería conducir con las dos primeras secciones. El amor como vía de escape. El amor, sin espacio ni tiempo, gravitando sobre el poema, entre tradiciones remotas y armonizadas, como huida y al mismo tiempo permanencia: Amar es el comienzo del retorno, / volver del interior al interior, / al lugar del que nunca te has marchado.

Dos poemas y un haiku:


De profundis

Abro los ojos
Y me encuentro mordiéndote.

Como una presa herida por olas afiladas
que no se atreve a regresar al mar
tiemblas entre mis fauces,
te doy mi calor (el calor del que espera)
hasta que el miedo escapa.
Entonces te devoro con algo más profundo
que el hambre cruel que significo,
siento cómo tu piel se va volviendo mía
y paro
impacto
y tiemblo.

……

Ha llegado el momento de ser como las hojas.

(La hora de horizonte. El instante que advierte:
y – si – después – de – hoy – no – quedara – nada.)

Caer sobre la tierra, abandonarnos
en las cicatrices del mundo,
descender a los mares púrpuras de combate
y en el descenso oír zumbidos de niñez,
como si el caer fuera una vuelta al pasado
y nuestra vida
un desvanecimiento hacia nosotros mismos.

……

Con piel de lluvia
intento cobijarme
en la intemperie.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reseña.
Ya conocía a este poeta cordobés, a
Jacob Lorenzo, ehila muy fino y además tiene una proyección espectacular. Tuve la suerte de oirlo en cosmopoética en 2008 y también este 2013 y ha sido una gozada. La `poesía fina, con mensaje y además con tanta calidad siempre es de buen gusto. enhorabuena por la resela y por el autor elegido.

Eduardo García.

Juan Antonio Bernier dijo...

Bravo por Jacob

Anónimo dijo...

magnifico poeta.

Manolo Lara dijo...

Lo mejor de Jacob está por venir. Y conozco su porvenir porque me lo da para leer. Es un poeta que se está haciendo día a día y que ya tiene mucho hecho. Lee y escribe con furor y frescura, como si la vida le fuera en ello. Y su vitalismo cada vez se hace más maduro para la poesía. Lo recomiendo como un moderno vino joven que nunca defrauda y que siempre sorprende. Bébetelo.

MANUEL LARA CANTIZANI

Anónimo dijo...

El Joven poeta JAcob Lorenzo lleva ya unos años desñlumbrado con su poesía clara y rotunda. Lo pude escuchar en el IES La rábida en Huelva y me puso los pelos de punta. Se acerca mucho a la poesía americana de loa años 90, el inicio de sus poemas podrían ser el final y al contrario, lo lees y cualquier verso puede ser el último.

Luis Antonio V.

Anónimo dijo...

genial, que grande eres amigo JAcob.

Javier L.

sps dijo...

Desde siempre me ha llamado la atención el talento y fácilidad con la que crea una poesia tan viva y visible. Me alegro encontar que sigue productivo y espero leer muchas más cosas ofrecidas para todos los amantes de una buena poesia haíku. Enhorabuena, también, para su mentór Manúel Lara, sin olvidar el autór de la reseña, Ángel. Seguimos vuestros caminos...

Anónimo dijo...

Y además es una grandísima persona y un lanzador de triples espectacular jejeje. Un abrazo de tus amigos de Jerez ;)