Taxus baccata
Julia Otxoa
Dibujos de Ricardo Ugarte
Dibujos de Ricardo Ugarte
Hiperion 2005
el taxus baccata de otxoa
este poetaxus que dio al mundo Julia Otxoa en
un año dos mil cinco (con dibujos de Ricardo Ugarte), bien podría definir la
barbarie que nueve años después seguimos pisando en este des-sociabilizado
paisaje –sociedad en barbecho que tanto horror siembra–. Otxoa tiene razón,
la historia es un ser circular.
[asistiendo a la barbarie cotidiana, el instante tiene la turbulenta inseguridad de lo inestable y amenazador. En mi inexperiencia del horror futuro, me reconforta pensar que también a mis antepasados les tocó vivir un tiempo semejante. En su recuerdo me fortalezco. La Historia como ser circular, el presente como resistencia poética en la repetición] y es curioso cómo ese horror futuro antiguo, que fue el horror de sus/nuestros antepasados, sea ahora el horror presente. me da por pensar que el horror también es circular, incluso los instantes [al ser humano siempre le parece que inaugura la historia, cuando en realidad no hace sino repetirla].
[asistiendo a la barbarie cotidiana, el instante tiene la turbulenta inseguridad de lo inestable y amenazador. En mi inexperiencia del horror futuro, me reconforta pensar que también a mis antepasados les tocó vivir un tiempo semejante. En su recuerdo me fortalezco. La Historia como ser circular, el presente como resistencia poética en la repetición] y es curioso cómo ese horror futuro antiguo, que fue el horror de sus/nuestros antepasados, sea ahora el horror presente. me da por pensar que el horror también es circular, incluso los instantes [al ser humano siempre le parece que inaugura la historia, cuando en realidad no hace sino repetirla].
Otxoa testifica en este libro aquella época. su
escritura es lealtad a un idioma, pero sobre todo a la propia historia.
es como si fuera la esposa fiel de la historia, la que coge el testigo
para saltar de una época a otra en la rayuela de lo que está por
llegar.
y leo: taxus baccata como símbolo verde intenso y
profundo de lentitud lúcida y serena ante el devenir de la historia… lento y
sabio te yergues en el tiempo--- esto lo graba Ricardo Ugarte
en la primeras páginas del libro… lentitud lúcida y serena ante el devenir
de la historia que nos aplasta y nos arrasa con la prisa de un tsunami…. Otxoa
exige lentitud, conciencia siempre, consciencia en ese bosque imaginario que es
circuito circular. circuito duro, crudo, con la carne al aire, pero con halos
de esperanza que nos envuelven nos espesan. poemas-flecha intoxicados de
verdades que una vez se hunden por golpe en la no-endurecida diana de los
cuerpos, resulta imposible desflecharse.
su tejo en ese sotobosque es un árbol aislado, como aislado
es el idioma que quiere serleerse [leer en otro idioma, leer en otro
idioma, ser el otro, verme desde fuera] y su madera, fuego lento de morada [mi
país, círculo de espantapájaros donde arder]. pero habría de enseñarnos
cómo hacer hoguera para sobrevivir a la barbarie. estamos tan equivocados…
nunca aprendimos a hacer fuego, nosotros, descuidados ciudadanos abandonados a
la crueldad […dinastía de gallos decapitados tiñendo la hierba…],
mientras la poeta, como hiciera un Hamlet con su madre, nos suicida
nuestra peor parte.
qué razón tiene Otxoa, qué dura y lenta razón tiene,
nuestra tierra huele a formol y tiene fiebres altas, por eso… sus
campanarios tocan limpiamente a fuego, los hospitales abren sus puertas, la
ciudad entera huele a formol y cloroformo, y hay una luz ardiente en cada mosca
posada con ávido rigor en las heridas…
altaotxoa, la súbita, la extranjera, la marg[e]nada, no de
marginada, sino de margen, o sí, de acera menospreciada, de minoría para
existir existiéndonos [escojo ser en el margen como única posibilidad de
existencia], como si fuera ese tejo que se-crece-y-se-des-crece en
las orillas, en las márgenes…, la expresiva elevada a la máxima expresión del
lenguaje. la lengua carne. la carne deslenguada que enyegua. la
siembramadre que mezcla conciencia propia con conciencia social, tiempo
propio con tiempo propio de la historia. qué buen testigo de una época, unos
años aquellos que definen el estado de sitio en el que nos vivimos hoy.
una época que vivió para relatar esperanzada el mundo nuevo [cada día
despierto en ti, país, como quien llega a un espejismo, y voceo toponimias para
nombrarte...]
el arte es libre…. por eso en los dibujos ugartianos
del libro he visto muchos rostros (además de perfiles), dolor en las
facciones, sorpresa, serenidad también… ciudades destruidas y
reconstruidas. fascinante los mundos del escultor Ricardo Ugarte. resalto el
dibujo del poema [escojo ser en el margen como única posibilidad de
existencia]. vi un perfil de mujer -que bien podría ser Otxoa- dibujado al
filo de la hoja. deportada voluntariamente al margen, extranjera en ese
vértice que a veces corta como hoja de cuchilla, tumbada con sereno
rostro sobre las rocas quietas. hermosa la disposición las páginas de
este libro, verso al norte-dibujo al sur, era como si los dibujos –la
gran mano Ugarte– fueran red para amortiguar la caída de sus versos más
acróbatas.
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