La letra perdida.
Fernando López Guisado.
Fernando López Guisado.
Editorial Vitrubio,
2012
La letra perdida y sus universos.
Ofrece poemas que
va desgranando sinsabores de tonos oscuros de un yo poético que se expresa
entre lo coloquial y los códigos artísticos.
Emplea paralelismos
desde el primer poema que aportan un ritmo muy marcado: “reconstruyéndose en
cada futuro, / deconstruyéndose en cada sonido”. Cuida la estructura del poema
con elementos que se repiten.
Provoca
extrañamiento con sintagmas como: “brisa astuta”, “semanas fotocopiadas”, “café
de plástico”… La enumeración y el juego con gerundio aparecen como marcas de un
estilo propio, una voz distinta en el panorama.
Utiliza la
mayúscula para destacar conceptos: “Verdad” –leit motiv del libro, junto a la esperanza o no y la rutina- ,
“Pregunta”, “Magia”, “Universo”. En ocasiones también la cursiva para destacar
algunos versos o en la prosa poética que comienza así: “quiero confesar que soy
una mala persona”.
Funde en ocasiones
la forma y el contenido, por ejemplo a través de la repetición de elementos
para referirse a la lluvia o para enfatizar el sentimiento de culpa.
Emplea muchas metáforas
plásticas: “martillo de la injusticia”, “iris del ayer”, “certezas sabor
vainilla”, “la uña de este silencio”, “el cerebro hecho una esponja”, “cortinas
bañadas en fracaso”, “latitud de los adoquines”. Algunas sorprenden por su
condensación: “decir lunes es decir ausencia”.
El metalenguaje le
sirve también como código: “es un punto y aparte, encabalgamiento confuso/
entre periódicos matutinos y series nocturnas”, “anáforas de rutinas”… Lo
cotidiano se cuela en la expresión que muchas veces se dirige a un “tú” de
forma renovada: “entre los minutos rojos ante el ordenador de empresa”,
“engranaje subcutáneos de una máquina”. La atención a lo que deshumaniza
también aparece de forma constante: “desapareceremos como reptiles,/
herrumbrosas maquinillas de afeitar desechables”, “rostro sin rostro de la
empresa”…
Son muy frecuentes
las expresiones vulgares o escatológicas como forma de protesta y rebeldía. Su
estilo descarado nos acerca a una crítica corrosiva de lo que le rodea.
Se suceden también
elementos comunicativos que resultan muy expresivos por la ruptura de la frase
hecha, por ejemplo en: “de cuando todo era promesa sin el cartel de Se traspasa
sueño”, “ansiedad de bolsillo”.
Predomina
un estilo nominal y directo, casi conversacional en ocasiones: “todo es la
celda, la espina, el borde de la libreta de ahorros”. Al final también abundan las
interrogaciones.
Los principales campos
semánticos son los referidos a la oscuridad, la muerte, el cerebro y los
sentidos. Los colores también destacan: “azul hielo administrativo”, “mente
azul”.
Se da un
culturalismo bien disimulado, que a veces juega a deconstruirse de forma muy
moderna: ecos bíblicos con símbolos que han pasado a la cultura popular, mitos
(“es una sandía para Sísifo”), la presencia fundamental de la música,
películas…Aparecen guiños a Bécquer o Kafka (“relato de Kafka en versión cañí”),
la tecnología (“bajo mil nombres cibernéticos”), el mundo de los cuentos…
El poema que da
título al poemario aparece como signo de pérdida de ilusiones, sinónimo de “lo
que no pudo ser”, unos susurros como signo fugaz de la esperanza.
Un sujeto lírico
muy presente que se expresa con una claridad apabullante en ocasiones: “por eso
hago lo que hago,/ entre las páginas y las piernas de una mujer”, “soy un poeta
y un esclavo”
Un mundo negro de
hastío y desolación también aparece según avanza el poemario (“sosiego del que
se sabe muerto”). En los últimos poemas se acentúa el grito y la referencia a
lo externo que nos manipula: “antes de seguir siendo/ lo que quieren que
seamos”. En el último poema retoma la primera persona de plural: “llevamos
mucho tiempo sangrando/ por esas viejas ideas”.
Retoma con fuerza
el título “meciéndonos en lo que fuimos:/ la letra perdida”. Repite los dos
últimos versos del primer poema: “cogidos de la mano/ bajo los tilos”. Aparece
entonces una luz de esperanza por la unión,
A modo de breve
epílogo aporta una reflexión filosófica sobre la idea que cada uno tiene de la
verdad…. eco tal vez machadiano. Por último: un guiño a su blog a modo de invitación
(
buenasnochesnuevaorleans.blogspot.com) para seguir atentos su poesía.
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